Era un día por la mañana, me levanté muy temprano, no escuché el repicar. Estaba el pueblo en silencio y lo noté muy callado, no había trasiego de gente y no trinaba los pájaros. Salí a la puerta al relente de ese amanecer de junio y pasee por las calles, creí que estaba soñando. En ese mismo momento con el sol ya calentando fui recordando quien era, que él sin sentido me iba dando en espiral de tío vivo. Arahal se fue despertando, sonó en el aire un cohete y el corazón me dio un salto. Todo explotó en un momento, era trece de junio. Cuántas veces durante nuestra infancia, no habremos escuchado decir a nuestras abuelas: “San Antonio Bendito, dame salud”. ¡Ay… Las abuelas! Siempre las abuelas… que hubiese sido de devociones como ésta que hacen cada trece de junio, el milagro de reunir a todo un barrio y visitar al enfermo dándole su bendición.
Y San Antonio, allá por Junio,
vuelve a visitar a nuestras abuelas,
esas que entre el ganchillo y los bolillos,
aun tienen el tiempo enredado entre las manos y cuentan con
paciencia las devociones de sus antepasados.
¿Que sería San Antonio
sin las mujeres?
Esas que te rezan
y te visita cada Martes
No se entendería sin ellas,
esas que te portan con pasión,
cada mañana de junio
cuando Arahal te acompaña con devoción
mientras Magdalena te espera
en su altar con emoción.
Qué bonito sería poder decir
Magdalena Bendita nuestra patrona,
y tú San Antonio
nuestro protector,
porque cada Martes
voy a buscarte para rezarte
y confesarme que eres tú, mi devoción.
Si mi luz arde en tu cera
adonde quiera que vaya,
va en mi pecho tu medalla
y tu foto en mi cartera.
Pan para los pobres,
luz para el camino
el mundo fiel recorres
Antonio peregrino.
Tu voz nos abre el cielo,
es fuego y pan de vida,
nos llena de consuelo,
alienta y encamina.
Salud para el enfermo,
consuelo al afligido,
despiertas a tu paso
el corazón dormido.
Antonio de los pobres
compañero y amigo
que el cielo se abra
para caminar contigo.
Hoy invoco tu nombre
renovarme te pido
en la Gracia que esconde
el Santo que ha venido.
Tú alumbras al pueblo entero,
desde el último al primero,
por eso cada martes
te visitan un pueblo entero.
Es que en ti ya se palpita,
esa fe y esa bondad,
que llegando a su ermita
eres el orgullo de Tu Hermandad.
Gritad conmigo paduanos,
Gritad que os salga del alma
Que nos oigan en Sevilla,
Que se escuche en toda España
Gritad con el corazón, con alegría y templanza
Gritad conmigo orgullosos, con la cabeza muy alta.
¡VIVA SAN ANTONIO!
¡VIVA EL 13
DE JUNIO!
Imágenes de NH Andrés García Rodríguez
Imágenes de NH Andrés García Rodríguez
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