Mi etapa más reconfortadora como
paduano ha sido estos últimos años, donde la actividad dentro de la cuadrilla
de costaleros ha sido muy satisfactoria para mí. La relación costaleros-banda
es genial, y muestra de ello es el azulejo, pintado por Ángel Lora, que podéis
ver en la calle Duque, esquina con General Marina. Fue un ambicioso proyecto de
la cuadrilla para felicitarlos por su 50 aniversario y por toda la satisfacción
musical que han aportado, y les queda por aportar, detrás de San Antonio
Bendito. Pero es que en cuanto tuvimos el conocimiento de la banda juvenil, de
nuevo surgió un nuevo proyecto que fue plasmado en el banderín bordado que los
guía. Cuanta ilusión por parte nuestra al entregarlo, y por parte de ellos al
recibirlo aquél 13 de junio de 2016 en la puerta de la ermita cuando llegaron a
marcha ordinaria y un músico sólo al frente con las manos vacías pensando que
qué pintaba él allí. Vaya sorpresa se llevaron.
Aparte de la cuadrilla, quiero
destacar la labor que está intentando hacer Mª Luisa, otra de las personas de
referencia en mi vida paduana, con el coro que monta, junto a su hijo Germán,
para cantar en los cultos, aunando a niños y mayores. Para mí, cantar junto a
mis hijas es un gozo que siempre les agradeceré que lo hayan hecho posible. Y
no me puedo olvidar del coro de Navidad, con esas voces angelicales de la
juventud paduana.
No quiero tampoco dejar de pasar
esta oportunidad para lanzar una pregunta al aire, para que la recoja quien
corresponda, que no sé quién es de forma clara, aunque pienso que muy lejos de
aquí no debe de andar, y es la siguiente: ¿No es posible nombrar de una vez a
San Antonio, copatrón de Arahal? No me mal interpreten, que no quiero quitarle
el sitio a nuestra magnífica patrona, sino simplemente hacer oficial el título
que ya los arahalenses le hemos dado por historia y tradición a San Antonio, y
el que tenga dudas que se venga un 13 de junio a la calle de su nombre, pasada
ya la medianoche, para ver cómo va arropado, aunque sea día entre semana y al
siguiente haya que trabajar.
Mis hijas me llaman la atención y
me preguntan por el Cristo Resucitado que han visto desde chicas en la ermita y
que no han visto salir. Os tengo que confesar que desde que me anunciaron de
que era el pregonero de las glorias me surgió la duda de si tocaba hablar de Él
o no, pero rápidamente me convencí yo mismo que tenía que hacerlo por lo
siguiente:
Me gustaría despertarme este
Domingo de Resurrección muy temprano, faltando una o dos horas para amanecer, y
dirigirme a la puerta de uno de nuestros templos y como hace casi dos mil años,
ver a Cristo Resucitado. Y así que, durante su procesionar, un sol radiante
poco a poco aparezca venciendo a la noche, al igual que la vida venció a la
muerte, porque si Cristo no hubiera resucitado, no tendría sentido nuestra Fe.
Esta Hermandad me gustaría que
fuera atípica en nuestro pueblo, que fuera la Hermandad de las Hermandades, no
que fuera otra más, sino que fuera formada por las demás, donde su Cristo
sufriente lo pueden contemplar en otra aptitud muy diferente. En su procesión,
no haría falta llevar túnicas, que los hermanos acompañaran a Cristo igual que
ya se hace en nuestro pueblo en el Corpus. Es algo que lo podría organizar
nuestro Consejo de Cofradías juntamente con la Parroquia, que sea un día que
nos dé ánimos para afrontar un nuevo año siguiendo los pasos de Cristo y nos
quite esa mala sensación de ver siempre a un Cristo agonizante y muerto.
Este es mi sueño, desde hace
mucho tiempo, pero mientras que espero a que se convierta en realidad, no me
queda más remedio que irme a otra ciudad, como tantos otros. Pero si algún día
ese sueño se cumple me gustaría proclamar:
La muerte ha sido
vencida,
la vida la
derrotó.
¿De verdad existe
la muerte?
Cristo resucitó.
Mi corazón se
llena de alegría
y canta al amor de
Dios
porque todos lo
sabemos.
Cristo resucitó.
Un Jesús Yacente
muerto
nos ha dado a ver
su Amor,
su Esperanza y
Misericordia.
Pero Cristo
resucitó.
El sepulcro queda
vacío,
la Magdalena,
nuestra patrona, lo vio,
porque Cristo
sigue vivo.
Porque Cristo
resucitó.
Les he querido volver a recordar esto porque aquél sueño poco a poco se ha ido convirtiendo en realidad y es un gozo para mí que fuera la Hermandad de San Antonio la que diera el paso para encargar aquella portentosa talla que fue bendecida en 2007, la mitad del sueño fue cumplido entonces, la parte más importante, y desde entonces estoy esperando que se cumpla la otra mitad, porque la resurrección la considero, es, la base de nuestra fe. Y qué casualidad, que este año de mi pregón de gloria, sepa a ciencia cierta que he estado muy cerca de que se cierre el círculo, pero que si no ha sido éste será el año que viene. Gracias, junta de San Antonio y Sr. Cura párroco, por estar viendo la forma de cumplir mi sueño, ya era hora, Arahal lo necesita.
Un extra añadido que tiene mi sueño, desde que lo vi en la ermita, es ser sus primeros pies junto a mi cuadrilla de San Antonio. Y recalco lo de mi cuadrilla porque en ella empecé a ser costalero, y en ella pienso en terminar de serlo, aunque espero que aún queden algunos años para ello. Tengo otros pequeños sueños por cumplir antes de retirarme definitivamente.
Momentos del Pregón y de la Copa de vino que el Consejo General de Cofradías de Arahal organizó en honor al pregonero de Glorias en el día de ayer.
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